Cavilaciones desde un sueño
Ilustración: fragmento de El Sueño de la Razón produce monstruos, de Francisco de Goya.
- ¿Cómo llegamos hasta acá? – preguntó a su amigo que bebía una taza de café en el
otro extremo de la mesa del Bar céntrico en donde se encontraban.
- ¿Adonde? – quiso saber el otro.
- A este bar. No recuerdo como llegamos a él.
- Yo tampoco – respondió con rostro de desconcierto -. No recuerdo nada anterior al
momento en que ya estábamos en este lugar.
- Tengo una extraña sensación – volvió a intervenir el primero -, como si estuviéramos
dentro de un sueño.
- Lo mismo pensé. Pero si estuviéramos dentro un sueño ¿quién es el soñante?. Yo no
puedo serlo, no recuerdo ni siquiera quién soy.
- Yo tampoco… - e hizo una pausa de unos segundo antes de continuar -. Si ninguno
de los dos podemos recordar, es porque ninguno es el soñante.
- Tal vez ambos somos personajes en el sueño de otro hombre, que cuando despierte
nuestra vida habrá llegado a su fin.
- O tal vez todo el Universo es parte del sueño de un dios o de un demonio, que
duerme su siesta de millones de años en un vacío esperando el principio de los
tiempos.
- Siento que con esta revelación, el sueño ha llegado a su fin – y un silencio mortal
inundó el lugar mientras ambos amigos se desvanecían, seguidos por el bar, la
ciudad y todo lo existente.
Cipolletti, 18 de noviembre de 2012.
(Publicado en la antología Cuentos bajo el portal azul, Buenos Aires, Dunken, 2014)