Hipnosis
Sumergido en la hipnosis que provoca
la miel de tu mirada, fluyo
por los contornos de tu esencia,
navego a la deriva en el río de tu aliento.
Absorto en la locura que me invoca
el néctar de tu piel, culmino
en los rincones de tu alma,
encallando en el puerto de tu recuerdo.
Susurros lejanos trae el viento marino,
eternizando el anochecer que te amé,
cuando la colina encendía el horizonte
y una luna nácar de testigo.
Voces cercanas me devuelven a la escollera,
evaporando el instante con la espuma,
cuando la rompiente gritaba tu nombre
y una lágrima rodaba por mi cara.